Estas son las primeras lecciones aprendidas durante el proceso de autopublicación En la
Calle Mayor.
Aunque acabo de empezar, aunque queda todo por hacer, me apetece compartirlas contigo.
1. La autopublicación me ha regalado
la libertad de decidir sobre todos los aspectos del libro: desde la portada
hasta el precio, desde las acciones de promoción hasta la fecha de publicación.
2. A cambio, la autopublicación ha implicado
una gran responsabilidad y mucho trabajo. Conviene ser humilde, aprender de los
errores, ser capaz de delegar y sobre todo confiar en aquellas personas que
saben más y que quieren ayudar.
3. La autopublicación me ha
ayudado a creer más en mi misma, a demostrarme en cierto modo que era capaz de
mostrarme a pesar de los miedos.
4. Veo ahora la autopublicación
como un camino más para llegar al mismo objetivo: poner un libro a disposición
de los lectores para que ellos decidan si les gusta o no. A los lectores con
los que he estado les ha dado igual que el libro haya sido publicado por
editorial o no. Cuando yo me sentía inferior al no haber sido “elegida por una
editorial”, el lector al contrario, me animaba y me felicitaba por haber sido
tan valiente y haber demostrado tanta ilusión a pesar de las dificultades.
5. Me ha sorprendido ver que
muchas son las personas que todavía prefieren el papel al libro digital, que agradecen
y valoran que el libro esté dedicado.
6. Me ha encantado comprobar que el
libro ha sido adquirido en papel tanto por chicas jóvenes de 16 años, como por señores mayores de más de 60.
7. Y es que cuando el libro sale a
la luz y emprende su propio viaje, su propia vida, el libro deja de ser de la
escritora para pertenecer al lector. Me veía leída por madres y profesoras, por
un público más bien femenino. Tengo que cambiar algunas creencias erróneas.
8. Un regalo de este proceso está
siendo conocer a los lectores cara a cara, hablar con ellos, recibir sus
mensajes por email.
9. Otro regalo, entablar relación
con otros escritores y compartir con ellos parte del proceso vivido y aprendido.
Sentirme cada día un poco más escritora.
10. Pero el mayor regalo de todo
este proceso es haber sido capaz de cumplir mi sueño, y de ser así en cierto
modo ejemplo para mis hijos: “Enhorabuena Ama” me dicen sus nueve años. “Los
sueños están para cumplirse” le respondo yo.
Y mientras preparo acciones de
promoción, comienzo la traducción al francés y me documento para los nuevos
libros, me dejo llevar por la magia de la vida. Después de haber dado la mejor
versión de mí misma, tranquila y sosegada, dejo que fluyan los días y confío.
Un abrazo fuerte
Vir