A modo de decálogo de escritora...

viernes, 3 de junio de 2016

He recuperado este decálogo que escribí en marzo de 2013.
Aunque he evolucionado, en el fondo, me sigo sintiendo identificada.
Siento que he avanzado mucho con la primera parte; la segunda, en cambio, requiere trabajo aún.  Me apetecía compartirlo contigo.

Sobre Sentirse, ser escritora 
1. Soy escritora cuando escribo. Puede parecer una tontería pero es importante tenerlo siempre presente. Me siento y escribo, no sólo un día, no de forma esporádica, escribo a diario por placer, por necesidad, porque tal vez no sepa o no quiera hacer otra cosa. Escribo en pequeñito, página a página, pájaro a pájaro. Siempre.
2. Soy escritora, cuando miro la vida con ojos de escritora, cuando en cada persona encuentro un personaje, en situaciones cotidianas, argumentos y tramas, en una conversación, el dialogo perfecto. Soy escritora, cuando leo otros libros con ojos de escritora y veo lo que antes no veía, como si estuviese observando una obra de teatro desde los bastidores.
 3. Soy escritora cuando estoy dispuesta a pagar el precio que conlleva las horas de soledad, de silencio, de incertidumbre, de bloqueo, de páginas en blanco, de páginas en la basura, de soledad repito. Soy escritora cuando soy capaz de pedir con humildad ayuda porque una escritora además de nacer tiene que hacerse.

Sobre el arte de escribir 
4. Tengo una rutina, unos horarios que cumplo. Disfruto con el hecho de escribir, sin pensar en el éxito, en la publicación, aunque a menudo y por mucho que me haya sentido escritora antes, una sólo empieza a existir cuando publica.
5. Escribo sencillo, claro, visible, y natural.
6. Me centro en lo concreto, en las acciones, en lo visual, como si de una película de cine se tratase. 7. Me dirijo a una persona en concreto para crear una intimidad entre escritora y lector
8. Me aparto y dejo que los personajes tomen las riendas de la trama
9. Tengo la humildad y fuerza de voluntad necesarias para saber borrar y corregir y reconocer que párrafos, incluso páginas enteras-por mucho que hayan costado- no están bien escritas.
10. Cuando escribo no me juzgo, ni me critico, ni me exijo excesivamente. Ahogo previamente al bicho a la censura y luego, sólo luego, me pongo escribir procurando ser mi mejor amiga.