Por ello me apetece compartir por escrito cómo empecé yo en esta aventura de las palabras…
1. Todo empieza con trabajo personal
*Con el compromiso firme que deja un lado la pereza y el
ego: BASTA, lo voy a hacer sí o sí porque realmente es algo que QUIERO.
*Con las fechas límites que obligan a planificar, a
organizarse, a no demorarse en el tiempo.
Una vez que el compromiso es firme y que existe un mínimo de
planificación, la vida ofrece salidas, muestra caminos iluminados que
anteriormente eran solo oscuridad.
*Con la visualización: ser y sentirse escritora. Empezar por
dentro primero para luego exteriorizar todo.
Pero incluso con el compromiso, con el trabajo interno y con
una fecha límite:
*sentía que me estancaba
*empezaba una historia y la tiraba a la basura
*me rendí
Quería escribir, era una evidencia, pero a pesar de llevar
años haciéndolo no sabía cómo lanzarme con una novela de ficción. Necesitaba
ayuda.
2.Siempre es bueno pedir ayuda: una cura de humildad en toda
regla.
Aunque por definición un escritor crea en soledad, hay
momentos en que es necesario recorrer una parte del camino en compañía. Eso al
menos me ocurrió a mí. Tenía que desbloquear tantos miedos que me apoyé en
diferentes hombros.
La ayuda fue de tipo diferente:
*el libro El camino del artista de Julia Cameron
*un coach literario durante 3 meses
*otros libros sobre escritura
*ver cómo lo hacían otros escritores: aprender de los que ya transitan por un camino similar, pero tener
en cuenta que cada camino es diferente porque cada persona es única.
Inspirarse pero dejar que aflore la parte única y personal
que marca la diferencia.
No pretender emular a nadie, ser una misma, siempre.
Y cuando me sentí fuerte abandoné al coach y los libros y me
senté cara a cara conmigo misma, con lo mejor de mi persona.
Porque entendí que tampoco quería parecerme a nadie, que
quería ser ante todo YO misma.
3.Toca pasar a la acción
*Actuar sobre las ideas: se gana en tranquilidad mental; la
acción destruye miedos
*Crear el hábito de escribir
-escribir de forma automática para ahuyentar a los fantasmas
-escribir todos los días algo
*Crear guiones a mano: como si mi mano fuese capaz de
canalizar las palabras que ya estaban pero que necesitaban ser expresadas. Como
si alguien me susurrase exactamente todo lo que tenía que ir anotando.
El guión es un buen antídoto para la impaciencia, ya que
contiene en pequeñito la obra: ya no se escapa, ya no se olvida. Se puede
modificar pero ya se vislumbra el final del túnel.
Marcó un antes y un después en mi camino.
*Verlo como algo fácil. No digo que sea fácil. Es un camino,
es un proceso. Pero sé que si alguien lleva las palabras dentro, si alguien
tiene esa sensibilidad especial de emocionarse con el teclado, y más aún con el
bolígrafo. Si ve historias en la calle, en el periódico, si apunta ideas a
diario en libretas o en su defecto en servilletas….algo de escritor lleva
dentro y es bueno dejarle hablar.
*Trabajarse a nivel interior: trabajo sobre los miedos, la
falta de confianza, la inseguridad.
*Cuidarse físicamente porque inevitablemente la mente
funciona mejor.
*Liberar la creatividad, dejarse llevar: las ideas vienen
cuando menos uno espera, sobre todo cuando uno se siente a gusto consigo mismo.
*DIVERTIRSE. No tomárselo todo a la tremenda, no tomarse
demasiado enserio.
*Crear desde el corazón, con emoción.
La técnica es importante pero si uno no logra emocionarse
con lo que hace difícilmente llegará a los demás.
El libro tiene que gustar sí o sí a una persona: a ti misma.
4. Especial miedos del proceso creativo.
Una vez que se ha decidido que se quiere escribir, el camino
puede todavía torcerse.
La decisión es solo un paso y quedan muchos por dar. La vida
es un caminar.
El miedo tiene muchos nombres: censor, bloqueos, ego, resistencia,
etc.
El miedo se presenta, sin previa invitación, con múltiples y variados mensajes.
*a nadie le interesa lo que escribo, escribo para mí
*no tengo nada que contar, nada importante que decir, para
eso mejor callar.
*quiero contar cosas pero no sé cómo hacerlo.
*no tengo tiempo para escribir ¿es o no una prioridad?
En diferentes momentos:
*antes de ponerte escribir
*mientras escribes (enfado, hojas a la basura, bloqueos)
*cuando terminas (autocrítica)
A lo que se suman los miedos de quienes te rodean.
*¿Quien compra libros hoy en día?
*Conozco a muy pocos escritores que se hayan hecho ricos.
Y para todos esos miedos la única llave que conozco es seguir escribiendo.
Y para todos esos miedos la única llave que conozco es seguir escribiendo.
Y sin embargo llega
un día en que se pone el punto y final…
Culminar con la primera parte del sueño puede ser suficiente
para muchas personas: he creado algo, me siento orgullosa y punto.
Pero para otras es sólo el primer paso, el primer peldaño de
la escalera.
Ahora con el libro (o manuscrito escrito) la labor en sí de
escribir parece relativamente fácil cuando se echa la vista atrás y se ve el
camino recorrido.
Como si todas las dificultades, y bloqueos se hubieran
anulado.
La acción mata al miedo y atrae a la confianza.
Toca seguir avanzando; toca ser visible.