En la frontera:
desde los 6 años cruzo la frontera prácticamente a diario. Una vez me
preguntaron el número de veces que la llevaba cruzada: una media de 2 veces al
día (en los últimos 10 años 4 veces al día) y descontando algunos años
estudiando… unas 20.000 veces. Estos últimos años la frontera ha llorado
bastante.
Entre dos mundos:
siempre he vivido entre Francia y España, a menudo me ha faltado una parte de
mí cuando me encontraba en el otro lugar.
Me he enriquecido pero también me he
perdido en mí misma. Por momentos.
Libros: Mi madre
me enseñó a leer antes de ir al cole. Tenía 4 años. Cuando la profesora dijo
que la m con la a era ma, yo le dije que era una cursi. En muy pocos momentos
de mi vida he dejado de leer.
Escritura: soy
muy crítica y perfeccionista con mi persona (aunque estoy tratando de llevarme
mejor conmigo misma). Sé que tengo que mejorar, pero también sé que en mis
letras doy lo mejor que tengo en el momento en el que escribo. Soy
emocionalmente honesta y responsable de mis palabras.
Independiente:
tal vez por ser hija única y por la educación recibida aprendí desde muy
pequeña a valerme por mí misma, a apoyarme en las personas sin crear relaciones
de dependencia, a saber moverme por el mundo sin miedos.
Ciudades: he
vivido en muchas ciudades (Irun, París, Madrid, Lyon y Barcelona) para terminar
echando raíces en Hondarribia que me tiene enamorada. En este presente
incierto, no la cambio. He viajado por trabajo y por ocio: Chile, Guadalajara
en México, Nueva York, Bali, Túnez y multitud de capitales y ciudades europeas.
Echo de menos viajar. Espero volver a viajar muy pronto.
Dualidad: sé que
vivo en un mundo dual y yo siempre elijo la luz. Porque a veces se nos olvida
que podemos elegir.
Feliz día, feliz vida.